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© Luis Felipe Hernández, México,
salvo especificación en contrario.
enero 27, 2005
Gracias, al visitante 4000, quien quiera que haya sido.
En mi cocina encontré todas las sartenes sin mango. Lo han perdido, o de alguna manera les fue sustraído durante la noche. Entonces no puedo cocinar. Pondré un aviso clasificado, tal vez funcione: "Seis mangos de juego de sartenes se han extraviado. Ofrezco recompen...", no, mejor: "Seis mangos de sartenes extraviados. Niños sin consuelo. Recompensa: tortilla española preparada al momento de la entrega".
enero 26, 2005
En el café donde suelo desayunar ha entrado un nuevo camarero que tiene un extraordinario parecido conmigo. Tanto, que al pedir la cuenta, me oigo preguntar si todo fue de mi satisfacción, pago y cobro; recojo la propina generosa de ese cliente tan parecido a mí, y luego voy a tomar la orden de otra mesa.
enero 25, 2005
He tomado un par de cafés con un viejo amigo. Platicamos sobre los buenos tiempos y le pregunté cómo se siente ahora; sobre esto no fue nada prolijo. Después lo acompañé hasta la entrada del panteón donde descansa en paz.
enero 24, 2005
Y de pronto la casa ha quedado vacía, como se encontró en un inicio.
Bueno, no: en un inicio no había memoria de la presencia de aquella.
Demonios.
