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febrero 11, 2005Mientras Ella se maquilla en el baño, yo preparo café en la cocina. Escucho, primero el estrépito, luego su voz: "Mierda, se me cayó el espejo". Los vellos de mi nuca se erizan: un espejo roto no presagia nada bueno, y lo confirmo cuando Ella aparece en el umbral de la cocina: su rostro está desordenado, alrevesado, como en un Picasso, ni más ni menos. Ante el horror de mi mirada, pregunta "¿Qué, me puse mucho rubor?".
febrero 09, 2005Entramos a una fonda muy concurrida del puerto, Ella y yo.
febrero 08, 2005Un gato negro, salido de no sé dónde, ha cruzado en mi camino, y por mucho que uno se resista a tomarlo como presagio de mala suerte, no negaré que un escalofrío me recorrió mientras oía los huesos del minino triturarse bajo los neumáticos de mi auto.
febrero 07, 2005Iba tan inmerso en mis pensamientos, que mientras caminaba por la calle, no me di cuenta sino hasta que ya fue tarde: pasé debajo de una escalera. Y no es que sea demasiado supersticioso, pero se da el caso de que era ésta una escalera de caracol.
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