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© Luis Felipe Hernández, México,
salvo especificación en contrario.

octubre 26, 2005

Desperté por un vaso de agua, pero, a oscuras y amodorrado, debo haber equivocado el rumbo porque, si bien creí que caminaba hacia mi cocina, fui a dar a la fuente de Trevi.
Bueno, de todos modos el agua la tomé. Ahora la cosa está en regresar a la cama...

Luisfey, 7:55 a.m.

octubre 24, 2005

continúa...

21.
El profesor percibe la creciente tensión entre Federico y Alberto, y propone un juego de naipes: quien saque la más chica, se quita una prenda.
Zee se corta y se refugia, de alguna manera, en Esteban. Sus senos siguen al aire.
El profesor aumenta su sospecha, algo extraño ocurre con esa pelirroja, pero no le da importancia y reparte.
Juegan los del sofá: Raúl y su sexteto de senos.
Ex y Why se colocan el naipe que reciben en el pecho, Raúl en la mano.
Van perdiendo prendas.
Ex y Why sujetan sus naipes en la breve tanga que aún no han pagado en el juego.
Ex comenta: "Me recuerda cuando me ponen billetes mientras bailo..."
Su comentario no hace mella en los solteros. En cambio, Federico y Alberto se tocan la cartera en automático, pero Vicente impide que hagan inversiones absurdas.

22.
Sigue el juego.
Raúl ya está completamente desnudo, no lleva encima ni el reloj de pulsera.
Entonces siguen recibiendo cartas Why y Ex, mientras Zee observa, atenta y alerta ante nuevos disparos de cámaras o de celulares que capturen su rostro. Se diría de las tribus creyentes de que la cámara roba el alma.

23.
Raúl desliza una baraja por el trasero de Ex, como si fuera una tarjeta de crédito.
"Black Jack", anuncia el tutor, ante tal movimiento.

24.
Zee, que nada ha hecho, es llamada a desquitar su paga. Hace un baile trepada en el sofá donde antes estuvieron los tres jugadores de cartas y así el profesor descubre, debajo de esa minúscula tanguita, la razón de que ella se muestre tan poco participante, tan alejada de la algarabía de la noche.
Lo comenta con sigilo a Vicente, que se encuentra a su lado, y éste constata lo que se le dice.
Esa noche, Zee es un fraude: es una cocinera vegetariana enviada a un banquete de carnívoros, y que además ha olvidado el recetario.

25.
¿Ha transcurrido ya la hora y media?
Nadie lo sabe, pero el repertorio de las tres chicas se ha agotado con rapidez.
Alberto ya no tiene más espacio en su celular.
Vicente ha videado las escenas más emotivas de la noche.
El catedrático sigue preguntándose cómo funcionará el asunto respecto a los padrotes de estas mujeres, que ahora se visten de nuevo en el baño de la suite.

26.
Alberto se despide y enjuga una lágrima por Ex, otra por Why y una más por Zee, quien no le perdona lo de la foto.
Federico exige, más que pedir, un beso a Why.
Why es devorada por Federico, y luego regurgitada.
Federico se toca los labios, como quien acaricia un tesoro de valía infinita.
Vicente sonríe a Esteban, y éste devuelve la sonrisa: ambos saben bien qué fue lo último que tocaron los labios de Why antes del beso de Federico: las partes pudendas de Raúl.

27.
Raúl abraza a todos, una vez se quedan solos.
"Gracias, gracias, gracias", dice emocionado.
"Más bien, agradece a la crisis argentina" apunta el catedrático.
"Eso es pensar de modo global", acota Alberto.
Federico no dice nada. Sus dedos siguen rozando sus labios con gran delicadeza.

28.
Esteban sugiere que se haga una crónica.
Se postula al tutor para ello y éste no se niega.
"Puede ilustrarse con las fotos" dice Alberto.
"O hacerse un audiovisual" acota Vicente, y enseña partes de lo que se ha grabado.

29.
El catedrático se retira el primero e inicia la crónica. Es ésta.

Luisfey, 7:47 a.m.

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