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© Luis Felipe Hernández, México,
salvo especificación en contrario.
junio 02, 2005
Banff Tips
Para sobrevivir a los osos, los alces, los venados y los que asean los cuartos.
6. Un humorista canadiense
Entre las cosas que descubres en tu día a día, está el Premio Anual de Literatura de Humor Stephen Leacock.
Investigas un poco: Stephen murió en 1944 y eso te hace oír una campana interior, pues sin duda él escribió durante el tiempo de otros dos autores a los que mucho quieres y disfrutas. En su honor, y por la aportación que hizo a la literatura canadiense de humor, se instituyó el mencionado premio.
Sus libros están poco menos que agotados y fuera de impresión, pero en la biblioteca del Centro de Artes consigues hacerte con dos títulos. Uno de ellos es Nonsense Novels.
El texto que sigue, en traducción del responsable de este blog, pretende, como mínimo, dar una idea a sus lectores de qué es lo que se traía el buen Leacock, en el año 1910, cuando su libro Literary Lapses, de donde se extrajo el texto, fue publicado. Que lo disfruten:
(con horror descubro que las comillas las ha tomado por interrogativos, por favor hagan de cuenta que son comillas)
UN DIALOGO MODELO
En el que se demuestra cómo curar por siempre al eterno mago aficionado que está constantemente haciendo trucos con las cartas de la baraja.
Habiendo terminado de jugar al whist, el eterno mago aficionado dice:
?¿Conocen trucos de baraja? Éste es genial; toma una carta.?
?Gracias, pero no quiero una carta.?
?Ya, pero bueno, escoge una, la que quieras, y te diré cuál fue.?
?¿La que yo quiera??
?Sí.?
?¿Cualquier color??
?Sí, sí.?
?¿Del palo que sea??
?Por supuesto, el que quieras.?
?Bueno, déjame ver? escojo? el as? de espadas.?
?¡Por Dios! Quiero decir que tienes que sacar una carta de la baraja.?
?Oh, sacarla de? Ya entiendo. Dame la baraja. Muy bien, la tengo ya.?
?¿Has elegido una??
?Sí, es el tres de corazones; ¿lo sabías??
?¡No, no! No tienes que decirme, arruinas el truco. Toma, trata de nuevo. Elige una carta.?
?Muy bien, ya la tengo.?
?Ahora regrésala al montón. Gracias. (baraja, baraja, corta, baraja, baraja, toma) Listo, ¿es ésta? (con tono triunfante).?
?No lo sé, la perdí de vista cuando barajaste??
?¡La perdió de vista, dice! Tienes que haberla visto antes de regresarla al montón, para saber cuál es.?
?Oh, quieres que la vea por el frente??
?¡Por supuesto! Ahora sí, toma una carta?
?Muy bien, ya la tengo, síguele.?
(Baraja, baraja, corta, baraja, baraja, toma)
?Vamos a ver (perplejo)? ¿regresaste la carta al montón, de casualidad??
?No, me la quedé?.
?¡Santa María! Escucha muy bien: toma ? una ? carta ? sólo una - mírala bien ? por el frente - luego regrésala al montón - ¿has comprendido??
?De maravilla. Sólo que no sé cómo vas a adivinar la carta. Debes ser asombrosamente listo.?
(Baraja, baraja, corta, baraja, baraja, toma)
?Listo, ésta es tu carta, ¿sí o no?? (Es el momento supremo)
?¡NO, ESA NO ES MI CARTA!? (Es una vil mentira, pero el Cielo te perdona por ella)
?¡¿Qué no es ésta tu carta?! A ver, espera un segundo? vamos a hacerlo de nuevo. Puedo hacer este maldito truco en cualquier momento. Lo he hecho con mi padre, con mi madre, y con todo el que se me presenta. Toma una carta. (baraja, baraja, corta, baraja, toma) Ahora sí, ésta es tu carta.?
?NO, LO SIENTO, ESA NO ES MI CARTA. Pero tal vez puedes intentarlo de nuevo. Hazlo. Quizá estás excitado, me temo que he sido un poco torpe? ¿Por qué no vas y te sientas en la veranda por media hora y luego vuelves y lo intentas? Oh, ¿Ya tienes que irte a casa? Lo siento mucho? debe ser un increíble y sorprendente truco? Buenas noches?.
mayo 31, 2005
Banff Tips
Para sobrevivir a los osos, los alces, los venados y los que asean los cuartos.
5. Maneras vs manners
Bueno, comes con la espalda derecha, no apoyas los codos en la mesa ni mucho menos un brazo completo: masticas con la boca cerrada, te limpias los labios antes de llevarte el vaso a ellos y no te sirves en el plato más que lo que estás dispuesto a comer. Sabes que causarás buena impresión en las comidas, que siempre son comunales, en grandes mesas de diez personas.
Mary Had A. Littlelamb, la afamada escritora y periodista canadiense, se guarda un cuchillo en su pequeño backpack, frente a tus ojos.
Bob T. Builder, el popular músico de jazz, que está dando unas clases maestras de las cuales todos hablan en estos días, mastica con la boca abierta y apoya el brazo completo en la mesa. No sólo no se limpia los labios antes de beber agua, sino que hace bucitos en el vaso.
Jemima Aunt, la recién premiada poeta, que dará una conferencia mañana, unta de mantequilla un panqué, lo envuelve en una servilleta y lo guarda en su bolso.
Y así los demás.
Las sorpresas de la vida: Querías impresionarlos con tus maneras y el impresionado eres tú, con sus manners.
mayo 30, 2005
Banff Tips
Para sobrevivir a los osos, los alces, los venados y los que asean los cuartos.
4. Los trofeos inesperados
Si te gusta la cacería y eres de los que piensa que una cabeza disecada de animal (o todo el animal, qué demonios) es un gran trofeo, aquí encontrarás lo que en tu país no: moscos down, facilísimos de engañar, acorralar y por lo tanto, matar (la disección quizá sea cosa más complicada).
En tu país te puedes pasar horas intentando atrapar uno (no digamos matándolo, pues eso ya requiere destrezas de evasor fiscal), y te quedas sin dormir viendo como el maldito insecto vuela de un lado a otro, y te hace fintas burlonas, y se detiene en el aire justo delante de tus narices, y luego, cuando das el manotazo o el aplauso con el que crees haberlo matado, ya voló a otro rincón, riéndose a carcajadas de tu torpeza.
Ese es un mosquito nacional, pero aquí, resulta asombroso que los mosquitos tengan tan poca malicia en su RNA. Puedes matar al que quieras.
Entran a tu estudio por las rendijas de la calefacción. Se quedan en la blanca madera de la mesa de trabajo, esperando tu manotazo. Y mueren, sin haber hecho nada por evitarlo.
Y matarlos te sentir muy bien, pues si en tu terruño eres un pésimo cazador, un remedo de cazador, aquí eres el rey de la masacre mosquitera.
